
EL ENGAÑO
En la historia de las ideas, diversas han sido las formas de presentar la "esencia" de lo humano. Quizá todas ellas en definitiva, estaban hablando de lo mismo; en otros términos, siempre ha quedado claro que el ser humano se diferencia del reino animal porque va más allá de lo biológico: ningún otro pariente natural piensa, inventa cosas, modifica el medio circundante. No intentaremos aquí profundizar más en los vericuetos de esta humana condición del engaño; pero sí, para no equivocarnos en lo que podemos aspirar en tanto proyecto humano, debemos entender bien qué significa fijar ciertas reglas mínimas de sobrevivencia. Aunque nos es tan difícil escapar a la mentira, hay normas que le acotan su campo. Para eso están las leyes. Es decir: las formulaciones civilizadas de lo que se puede y lo que no se puede hacer, lo permitido y lo no permitido.en un examen, evadió impuestos o se “tiró una cana al aire”?), tiene eficacia en lo colectivo. Aunque engañemos, aunque pasemos la vida engañando (en el ejercicio del poder ello es más evidente: las élites económicas sobre las grandes masas trabajadoras, los varones sobre las mujeres, los dirigentes sobre los dirigidos), el todo social se resguarda a sí mismo con una ética, con una normas.
frases:
La primera vez que me engañes, será culpa tuya; la segunda vez, la culpa será mía.
El delito de los que nos engañan no está en el engaño, sino en que ya no nos dejan soñar que no
nos engañarán nunca.
La mentira más común es aquella con la que un hombre se engaña a sí mismo. Engañar a los demás es un defecto relativamente vano.
Puedes engañar a todo el mundo algún tiempo. Puedes engañar a algunos todo el tiempo. Pero no
puedes engañar a todo el mundo todo el tiempo.
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